Para muchas culturas las montañas han sido y son lugares sagrados. Tierras que separan naciones y unen pueblos, lugares donde el hombre percibe fuerzas que apenas entiende y que sintiendo su intensidad,"se siente" libre. Y así busca su fuerza, su energía, su placer, en las alturas, en los vientos, en los colores, en los otros. Compartiendo el mundo con los dioses...Y yo me incluyo.
He aquí algunos de esos momentos
Igual
me repito, pero hay ansia de nieve después de un año tan miserable en cuanto al
blanco elemento. Así, nos juntamos una buena cuadrilla para hacer el Pico
Lecherines. Fue una buena alternativa al frecuentado Aspe. Todavía con nieve abundante, de hecho, los últimos kilómetros de la carretera los hicimos con los esquís
puestos.
El sol pronto está alto y calienta, pero giramos enseguida al oeste
entrando en un valle en sombra que nos lleva a la base de una muy larga
pala que con cuchillas nos lleva al Collado de Estiviellas, donde dejaríamos
los esquís para, por un sencillo corredor, subir a la cumbre. El
descenso del collado empezó siendo una maravilla, pero cuando pasamos de la
sombra al sol enseguida se transformó en nieve enganchona y tuercerodillas. Y
así, con cuidado, pero con nieve hasta los coches, kilómetros más abajo de
donde generalmente se calzan los esquís, acabamos esta estupenda ruta
Este final de invierno nos ha traído un regalo en forma de
un buen paquete de nieve, lo que nos va apermitir hacer esta ruta que incluso un año normal es difícil encontrar
en condiciones .Así, una calurosa mañana de mediados de marzo, nos juntamos con
los esquís José Mayora y yo ,y otro Javier,
que va a hacer la misma ruta con raquetas.
Salimosdesde
el mismo Camping de Oza por la carretera
con los esquís puestos ,al final de la pista giramos bruscamente hacia la izquierda hacia
el Collado de Petraficha , al llegar, nuevo giro a nuestraizquierda y con
cuchillas coronaremos la primera cumbre, la del Chipeta Alto. Descendemos de nuevo al collado para
encaramarnos al cordal que une el Petraficha y el Quimboa Alto. Tras recorrer estas cumbres iniciamos el
descenso con unos giros de calidad al principio para enseguida transformarse en
una nieve pastosa, muy profunda y muy difícil de esquiar. Vamos esperando a
Javier, que con raquetas se está dando una paliza tremenda, sobre todo porque no se detienepara no quedarse muy atrás, sin embargo
nuncatuvo un mal gesto ni una mala cara.
Este chaval está más fuerte que el vinagre.
Cerramos la ruta circular viendo como la pista nevada, entre
las altas temperaturas y las orugas de unos camiones militares,
se ha quedado ya sin nieve. Pero ha sido un lujo recorrer este rincón con un ambiente tan invernal en un año miserable de nieves
Viajar a los Balcanes es viajar a una Europa desconocida, exótica y de reciente y turbulento pasado
Y con un pequeño problema empezamos, pues Begoña y yo nos
quedamos tirados en Frankfurt y llegamos a Tirana un día más tarde, así que
tuvimos que buscarnos la vida para llegar al día siguiente a Pizren, ya en
Kosovo. Una bonita ciudad turística donde nos llama la atención la bandera albanesa omnipresente y las
estatuas de sus héroes de la reciente guerra de Kosovo. Curioso lugar, de mayoría musulmana pero con varias iglesias
ortodoxas, lo que nos recuerda que para los serbios es el centro de su muy influyente iglesia, incluso llegó a ser su capital en el siglo XIV
En nuestro destino siguiente, el pueblo de Dragash la
influencia musulmana es más importante, no hay alcohol y nos costó encontrar
donde tomar una cerveza. Enfrente del
hotel teníamos el local de los veteranos del UCK (Frente de Liberación de Kosovo). Repasar su historia reciente impacta
En cuanto a las montañas, nos movemos estos días por los
montes Sar (me disculpo, no sé escribirlo correctamente), que hacen muga con
Macedonia del Norte. El tiempono nos
acompañó en esta parte del viaje. El primer día el grupo solo pudo hacer un
intento bajola lluvia. Al día siguiente
tuvimos mejor suerte pero se cerró la niebla cerca de la cumbrey tuvimos que bajar con ayuda del GPS pero con
buena nieve. Nuestro tercer día nos acercamos a Arxhena, una muy pequeña
estación de esquí,pero el mal
tiempo tampoco nos permitió alcanzar nuestro objetivo, pero volvimos a tener
un estupendo descenso.
Disrutamos mucho de este viaje y de su cultura , que apenas arañamos. No solo de sus montañas. Nos encontamos un grupo muy bien avenido y por si fuera poco, al final del díanos esperaban unas cenas con una tremenda cantidad de comida donde prima
la carne. Mucha carne. Nuestros anfitriones no sabían que hacer para
agasajarnos
En este año miserable en nieve, de pronto el wasap de un inquieto esquiador:¡Buenas condiciones en el Fenias! ¡Sin excesivo porteo!. Entonces a muchos se nos ponen las orejas tiesas y ansiosos nos plantamos en el Balneario de Panticosa. Como un invierno cualquiera, solo que este no lo es por estas temperaturas tan altas y esta ausencia de nieve.
Al final una hora de porteo en zapatillas, cómodamente,sin prisa para dar tiempo a que transforme la nieve. Y así, disfrutando el foqueo en nieve primavera , llegamos a la cumbre con los esquís puestos. Solo una pega menor. Este es un monte-nevera, por eso estas condiciones, pero al entrar la sombra la nieve endureció, pero nos permitió todo el descenso sin problemas. ¿Volveremos a esquiar este año en el Pirineo?
Aiako Harria o Peñas de Aya se pueden considerar las primeras montañas del Pirineo, aunque hay quien dice que este honor lo tendría Jaizkibel o Larhun. Son el resultado de una formación magmática que la erosión dejó sobre la superficie hasta 800 metros sobre el nivel del mar. Y que nos permiten andar y trepar por bosques, praderas y riscos graníticos mientras admiramos el Pirineo (algo) nevado por un lado y el Cantábrico y la costa vasca por el otro
Este fin de semana correspondía salida de esquí de montaña con el Club Deportivo Navarra pero ante la falta de nieve (no he conocido un invierno tan escaso) se optó por esta bonita alternativa con un estupendo final con comida en una sidrería de Irún construida en una ferrería del siglo XIII. Y como debe ser: bacalao, buenas chuletas y bien de sidra. Un placer compartido con los clásicos
Una vuelta por los alrededores de Viana. Para cualquier día si
hace tiempo que no ha llovido y con cierto rodaje, pues salen unos 40 kms con mil y pico metros de desnivel.
Recorre el cordal que de la Sierra de Codés se dirige al este
para, entre pistas de distinta calidad y senderos, atravesando barranco tras barranco,
dejarnos en Viana
Lodosa es el origen de los nunca suficientemente bien
ponderados Pimientos del Piquillo. También tiene su marcha BTT por las primaveras, y esta ruta es una versión de la misma, mas recortada y modificada, sobre todo porque hay
tramos de camino que han desaparecido bajo sembrados, algunos de bastante longitud. Es un
terreno variado que cuando vas por la carretera no te lo imaginas. Hay pistas, senderos y bonitos caminos por tramos de
cresta. Eso sí, el terreno promete ser una trampa si ha habido lluvias